dimecres, 11 d’agost del 2021

XXIV

 


Ahora que has atravesado la línea oscura de la verdad:

la de saber si hay o no vida después de la muerte,

me retornan como un eco claro y sereno

las preguntas que me hiciste

y de las que nunca te ofrecí una respuesta.

Pare, ¿por qué no te mojas?

Lo decías como si yo fuese uno de esos poetas

que desde su torre de marfil

observan con desdén el devenir del mundo.

Pare, ¿por qué no te mojas?

—Hijo, porque el último torbellino de un naufragio

me estaba arrastrando irremediablemente

hacia las profundidades tenebrosas de la depresión.

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