La alegría en el país donde reina la falacia
provoca una extraña ceguera entre sus habitantes.
Mientras caen las virutas
de los fuegos artificiales, se exilia el pensamiento,
los predicadores laicos
dejan de escribir sus sermones desde la razón,
pues ahora solamente proclaman desde sus tronos
mediáticos
el playback de
un discurso dominante
que suministran las agencias de poder.
Las sonrisas y las carcajadas de la gente
en plena orgía de
la superficialidad
son la apática mueca
de una comunidad indolente que ha permitido
Escribes por el silencio meditado de los días
en que se nos devolverá la esperanza.
Escribes la crónica de un carnaval de despropósitos
que vives desde el infierno.
Traducción al castellano de Manuel García Pérez. Poema de Manel Alonso i Català.