dimecres, 24 de març del 2021

VII


Nómadas, como el viento,

ningún desierto, ningún oasis nos era extraño.

Y al encontrarnos pisando los adoquines

de cualquier plaza o calle

siempre me preguntabas:

—¿Dónde vas, pare?

Aún por las calles, donde baila hip-hop la suciedad,

lo sigo escuchando, no es un espejismo del dolor.

—¿Dónde vas, pare?

—Al cementerio, hijo. Se me murió la alegría.


¡Madre mía, frente a la ausencia qué solos nos quedamos los vivos!