Poco tengo y nada deseo, solo quiero sentir en la boca el sabor meloso de la vida. Decidido salgo cada día en busca de grandes abstracciones como la felicidad, sin encontrar si quiera su rastro. Estoy herido por una gran ausencia que como un agujero negro se ha tragado sueños e ilusiones. Camino bajo la luminosa bandera de la libertad. Por la noche cuando el pueblo duerme, escribo en muros y paredes versos de amor, me acompaña la añoranza y la tristeza. Me podéis encontrar por cualquier sendero escuchando cómo se rompe el silencio en soplar la brisa entre las hojas de los libros que nunca escribiremos.
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