XXXVII
Como
un felino dulce como la miel
llegó
un verano Llibertat,
mirada
intensa, verbo ágil,
manos
nobles, corazón apasionado
y
a su paso levantó el vuelo
una
bandada de sonrisas esmeralda.
Se
marchó Llibertat
y
los pétalos de las flores se llenaron
con
el rocío salobre que inagotable
manaba
de nuestros ojos.
Fue
Libertad y fue Amor y fue Lucha
y
en todas partes y en todo momento,
en
el corazón de los hombres y de las mujeres,
que
conoció dejó su huella de afabilidad.
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