Con
una aguja al rojo vivo mi madre me escribió en la frente:
«Más vale perder, que más perder».
Nunca
me cansé de repetirte
que
lo importante es saber encajar los golpes bajos,
sobrevivir,
reinventarse si es necesario.
Rebelde,
inconformista, ibas a tu aire,
«Si
tenemos que salir al campo que sea a ganar».
En
la primavera aciaga del año 2020,
que
te sacudió brutalmente hasta hacerte perder el sentido,
jugabas encorvado, sometido a la tristeza,
resignado
a vivir atrapado en un callejón sin salida.
«O
todo o nada!». Tan sencillo, tan contundente.
Y
de golpe dejaste caer el rey sobre el tablero,
un
terremoto hundió en la pena peones, torres, caballos y alfiles.
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