Sí
había caminos,
sólo
había que mirar con atención
el
paisaje para descubrirlos.
Las
sendas, los caminos
están
allí ocultos a veces entre la maleza.
Antes
habían sido recorridos
por
otros viandantes.
Caminabas
y con paso ligero
te
reencontrabas con el bosque, con la montaña,
con
el valle, con el marjal.
Identificabas
las huellas
de
las generaciones que te precedieron,
y
su lucha por la supervivencia cotidiana.
Adicto
a la belleza,
a
la variedad cromática que la luz
infunde
en un espacio,
que
reaparece ante ti diferente.
Caminando,
tu reto no fue nunca
llegar
hasta la cima, a una meta,
sino
rehacer el camino, compartiendo
cada
paso con un amigo.
Caminando,...
de golpe te has parado
y
con dolor y tristeza iremos viendo
como
se va quedando atrás
quien
un día fue fuerte como las águilas.
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